La evolución de la construcción de la
identidad personal de los ciudadanos se ha ido transformando en los últimos
años. Los más jóvenes, aquellos que nacen con estas tecnologías entre las
manos, cada vez acercan más la construcción de su identidad física (la
tradicional, marcada por la educación, el entorno, la genética) a su identidad
digital (la compartida en las redes, diseñada a medida y depurada en función a
deseos, modas, y el anhelo de comunicar). Estas identidades poco a poco
disuelven sus límites y se convierten en una sola, encontrándose en los
escenarios urbanos y verificando su conexión con la realidad.
¿Y qué ocurrirá si los barrios,
hasta ahora forjando su carácter mediante sus escenarios urbanos, su gente y sus
comercios, empiezan a trabajar con identidades digitales fabricadas ex profeso y
compartidas en red? ¿Cómo se digiere entonces la disolución del límite entre lo
físico y lo virtual?
Os dejamos un link a un artículo
de Doménico di Siena (2010) para profundizar un poco en todo esto: http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=4975
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