4 de septiembre de 2007

LOS AUTÉNTICOS 40 PROS DEL MOVIMIENTO DISFRUTISTA. LOS PROS SIN LOS CONTRAS

Se trata de una serie de notas en continua transformación hacia la búsqueda del disfrute.

Pro-a:
A favor de la preposición como elemento sintético para definir estados (a, ante, bajo...). Según qué maniobra, en windsurf, surf y otros tipos de navegación dinámica, la proa se coloca detrás, delante, de costado, arriba o abajo.

Pro-bar:
A favor de la desinhibición y la servilleta de papel como soporte de ideas arquitectónicas. La liberación de la mente y la relajación adecuada para desarrollar procesos disfrutistas se puede conseguir caña en mano.

Pro-beta:
La experimentación como base del acto proyectual. Joseph Albers elogia la figura didáctica del descubrimiento (dejar en reposo el experimento durante el tiempo necesario).

Pro-caz:
No hay que tener miedo a ser imprudente. Si lo que se produce es un residuo excrementicio, se recoge todo en un conducto que lo lleva a la planta de reciclaje. Desde allí se obtendrá energía y nueva materia prima para seguir.

Pro-cedimiento:
En la actuación por trámites, se pueden dar por válidas cuestiones y planteamientos que nunca se habría pensado aceptar, y con ellas sobre el tablero, se continúa el proceso con la confianza de que algo aportarán en un momento dado.

Pro-cesión:
En la aglomeración de actores dentro de un proceso colectivo, promover la desviación de frutos y operaciones proyectuales valiosas a los integrantes de la retaguardia (en términos futbolísticos sería el guardameta). De este este modo, los proyectistas en fases más activas pueden seguir produciendo a toda máquina hasta quedar exhaustos.

Pro-crear:
A favor de la intensidad en los periodos de gestación proyectual. A favor de lo fértil, lo fecundo y lo fructífero. A favor de las semillas y su germinación, de lo nutritivo, de lo suculento, de lo sustancioso y sustancial. El proceso es capaz de percibir cada vez más estímulos del exterior, los gestiona y los organiza para construir un todo emergente. Ese todo (el proyecto), creado a partir de la absorción de los múltiples estímulos exteriores, configuran un ser maleable y en continua transformación en los primeros años de existencia. Trasladado a la realidad, el proyecto irá madurando, testándose y contagiándose de lo existente.

Pro-curación:
Para hacerse con una buena cantidad de materia prima interesante para un proceso, se propone la recuperación, sanación, incubación y/o redescripción de sistemas existentes en el almacén. Estos sistemas se pueden encontrar en activo en el mercado y con bajo rendimiento, inutilizados aparcados por su aparente ineficacia, dislocados (fuera del lugar que les corresponde) e inoperantes, olvidados por su inapariencia

Pro-feta:
Poderosa intuición a favor del banquete, del gusto como sentido a explotar y de la astucia en el tiempo de curado de los proyectos. Como ocurre con algunos quesos, el periodo de reposo se interrumpe para disfrutar del producto y construir nuevas propuestas de acción culinaria a partir del mismo. Cedric Price respalda la importancia de la comida en la arquitectura.

Pró-fuga:
A favor de la disolución de los límites, el escapismo espacial y la rebelión de los contornos.



Pro-funda:
En defensa de la intensidad de contenidos y vías de exploración, que se introducen en una envolvente informe y adaptable, perforable y practicable, pero que protege en cierta medida del exterior y sobre todo, mantiene unido al contenido mientras interesa.

Pro-gramática:
A favor del lenguaje como herramienta, un lenguaje agrupado en un sistema general con leyes concretas pero que se puede pervertir sin miramientos para conseguir nuestros objetivos.

Pró-jimo:
(De pro- “gimo”). Se induce al actor más cercano a que exprese sin reparos los sonidos procedentes del goce, que los propulse espontáneamente al exterior, que contamine el ambiente con su placer, que lo contagie y que induzca sucesivamente a más y más fruiciones de los que lo rodean.

Pró-logo:
A favor de la síntesis, la capacidad para generar desde los mismos inicios del proceso, un sistema organizador o referencial del producto creativo. A favor de la densidad y la condensación de ideas, de la depuración y de la mínima expresión para contener y provocar lo máximo.

Pro-medio:
A favor de los estados intersticiales, la lectura del negativo y el valor de las entrezonas.

Pro-mesa:
Un compromiso firme sobre el plano de trabajo. La aglutinación de contenidos de forma volátil, fácilmente manejable y dinámicamente intercambiable. Todo el material proyectual a la vista para su posible integración espontánea.

Pro-meter:
La confianza en que llegará el triunfo. El triunfo del bebé que mete las piezas geométricas por los agujeros de su juguete, el baloncestista, la estación espacial en correcto acoplamiento o el ligón de discoteca. La persistencia llevará inequívocamente a conseguirlo.

Pro-motor:
A favor de la elección de máquinas afines al proceso, sistemas eficientes que lo impulsen sin parar, bien engrasados y con los componentes precisos. Sistemas que admiten la revisión y la reformulación ante nuevas carreras proyectuales.

Pro-mover:
En constante cambio. Propuesta coctelera de agitación temporal. Invitación al desplazamiento de elementos, personas o herramientas, cuyo cambio de posición definirá nuevos estados topológicos y nuevas interacciones.

Pro-nombre:
A favor de la identificación terminológica, de la continua redescripción de las cosas y de la asignación de nuevas expresiones que añadan datos o que realimenten la información asumida previamente por el sujeto.

Pro-nto:
(De pro- “en tó” o “en todo”). Rápida y velozmente, en cuanto se plantea el problema, hacerse con toda la información posible y proceder a la organización sistemática. Se invita al proyectista a la completa inmersión en la cultura contemporánea, a la actualización constante de conocimientos y herramientas, a la indagación en las diferentes disciplinas que actualmente constituyen un todo hiperinformado, a la interacción con todo lo que le rodea.

Pro-pagar:
El contagio del disfrutismo es confiar en que una sonrisa provoca otra. Las recompensas y los tesoros recogidos en las sucesivas exploraciones disfrutistas, conducirán a nuevos desarrollos del disfrute, expandiendo su radio de acción más allá de lo previsto.

Pro-pasarse:
A favor de la acción de desdibujar los límites, mediante idas y venidas continuas, dejando nuevos rastros sobre ellos, sobrepasándolos una y otra vez, hasta conseguir diluir la línea que los define.

Pro-piedad:
Se apuesta por uno de los bienes más preciados del disfrutista, el criterio de “afirmación incondicional”, como escolta casi indispensable de su actitud. Bajo su influjo, se permitirá en un principio estar sobre la mesa (sin atacarlos) a los planteamientos que se reconozcan como lamentistas, confiando en darles la vuelta en la primera ocasión.

Pro-poner:
A favor de la adición de nuevas vías de exploración al proceso. Exponer sobre el plano de trabajo, una tras otra, o una sobre otra, las nuevas alternativas de acción proyectual.

Pro-porción:
A favor de la sección y la disección, del principio de ruptura asignificante, de la exploración de las partes, de sus relaciones internas y de las conexiones múltiples con lo periférico.

Pro-posición:
Una invitación abierta a todo el que tome parte en un proceso o procedimiento proyectual, una invitación a construir una clara definición y localización de intenciones enfocadas al disfrute.

Pro-pulsar:
A favor de las inyecciones energéticas, cinéticas y dinamizadoras. Cualquiera de los múltiples acontecimientos en el camino hacia el proyecto puede aportar la energía necesaria para lanzar al individuo a toda velocidad. Desaparece el miedo a tocar teclas del tipo “eject”, esas que lo proyectan a otro lugar, propiciando un cambio de medio potencialmente fértil. Apretar la tecla es accionar, desencadenar, liberar, dar vía libre a la acción, poner en marcha un juego de relocalización. Los cambios espontáneos de medio consiguen arrojar fugaces miradas desde nuevos puntos de vista, nuevas posiciones que aportan pequeños pinchazos energéticos para el proceso.

Pro-scrito:
(De pro- “escrito”) Se invita a transgredir las normas lógicas de un proceso en favor del disfrute, pero siempre registrándolas insistentemente, dejando rastros indelebles de fruición. Uno de los disfrutistas más buscados por las autoridades es el traficante de ideas, que día a día penetra en los crecientes flujos de información para construir su propia realidad e interactuar con la del resto de la sociedad.

Pro-seguir:
A favor de la continuidad, la secuencia y la persistencia. A la caza del disfrute, el proyectista entra en una dinámica imparable y productiva, unida a una impresionante satisfacción.

Pró-spera:
(De pro- “espera”) Un posicionamiento de selección astuta de lo improductivo para dejarlo curando en la recámara. Esos procedimientos que en un momento dado no avanzan, se dejan germinando a un lado para echar mano de ellos en otras ocasiones. Mientras reposa, lo aparentemente estéril evoluciona, se impregna de nuevos valores que lo redescriben, adquiere múltiples posibilidades y, con un mínimo consumo de energía, vuelve a los procesos con fértiles aportaciones.

Pro-teger:
El disfrutista defiende sus posiciones sin escudos defensivos, nutriéndose de lo aparentemente adverso mediante urdimbres, tramas y telas de araña. Establece conexiones múltiples con diversos lugares, con diferentes tiempos y con otras disciplinas. El tejido proyectual se hace y se rehace a medida que se avanza, unas conexiones son firmes y estructurantes, mientras que otras se deshilachan y se ofrecen para nuevas conexiones.

Pro-teína:
A favor de la estimulación sin reservas. Mediante sustancias, acontecimientos, teorías, obras y proyectos de toda índole, el disfrutista se va nutriendo y su constructo proyectual crece y crece sin parar.

Pró-tesis:
A favor de la acción de indagar y proponer, frente a las de revolotear y asumir. A favor de de los tanteos y las apuestas como herramientas que permiten al individuo realizar funciones que por sí mismo no puede realizar, o adaptarse a medios hostiles para los que su cuerpo y su mente no están preparados.

Pro-testar:
Se proponen los manifiestos enérgicos a favor del tanteo y el ensayo. Se definen campos de pruebas dentro del proceso donde se investigan valores de aptitud, eficacia e idoneidad de los productos y de las herramientas de acción proyectual.

Pro-tocolo:
(De pro- “tócolo”, o “lo toco”) Un claro sistema operativo a favor de la experimentación más directa y particular de la temperatura, la textura, la dureza, la elasticidad. Un sistema que utilice entre otros el tacto como medio de exploración profunda. A favor de palpar, sentir, hurgar, zarandear, acariciar, manosear, y en definitiva manipular el objeto.

Pro-totipo:
(De pro- “tó tipo”, o “todo tipo”) Actitud modelo, patentable, exportable y repetible, a favor del tanteo masivo de maneras de operar, indagando en las diferentes utlilizadas a lo largo del tiempo e innovando con otras de cosecha propia. Mediante estas actitudes se construyen campos de pruebas para nuevos procedimientos.

Pro-venir:
Deriva pausada, natural y desprejuiciada, a la espera de que los acontecimientos y las conclusiones se manifiesten a lo largo del proceso. El disfrutista continua de manera distendida su proceso sin ansia por obtener resultados inmediatos.

Pro-visión:
A favor del apilamiento claro y visible de recursos. Todo lo que haya acontecido a lo largo del proceso se almacena para su posible uso posterior. Es importante que de un vistazo se pueda reconocer el recurso concreto para una eficaz política de reciclaje.

Pro-visional:
A favor de lo temporal, lo desmantelable y lo reciclable, mecanismos teóricos sucesivos que se van soportando unos a otros sin vocación de ser trascendentales, sistemas de apoyo que permiten construir imagenes (imaginar) que definen pautas esenciales del proceso.

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