20 de abril de 2015

Celebrar la (nueva) arquitectura, disfrutar de la investigación…

Por Manuel Gausa, abril de 2012. Texto publicado en Hipo-Tesis / L11.
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1- Las últimas décadas han certificado la evidencia de un salto de escala espectacular en la definición de nuestros espacios de relación y convivencia, conectado con el propio incremento de la movilidad y de la comunicación a distancia, de la deslocalización de los intercambios y de la capacidad de transformación tecnológica y material de nuestro medio.

2- Hoy asistimos a un cambio de paradigmas en el pensamiento arquitectónico: de una arquitectura basada en una lógica estática estamos pasando a una arquitectura basada en una lógica dinámica, más impura, irregular y definitivamente interactiva… en interacción con un medio, un contexto, una sociedad y una cultura creativa y científica definitivamente atentos a la diversidad y la complejidad de un espacio-tiempo informacional. De una arquitectura entendida como un “objeto inerte” a una arquitectura concebida como un “entorno dinámico y relacional”.
3- Una arquitectura capaz de transmitir una voluntad operativa: la de formular espacios directos, de síntesis, entre lugares, escalas, programas y solicitaciones.

4- Espacios destinados a formular la interacción y el intercambio. La pluralidad y la diversidad. La complejidad y la mixticidad. La transversalidad y la interactividad.

5- Hemos de repensar, desde ese nuevo tipo de lógica más abierta, flexible y relacional, cuestiones tradicionales como las de orden, forma, organización, estructura o expresión arquitectónica... y ello sin renunciar como arquitectos a nuestra primera misión… la de contribuir a crear un hábitat mejor…
6- Más allá de la habitual glosa a las “personalidades icónicas” o a los “magisterios reverenciados”, interesa una arquitectura capaz de generar “trayectorias de complicidad y enlace”. En este momento de exploración compartida la Arquitectura debe volver a ser, en efecto, una aventura cultural colectiva relacionada con las condiciones de su propio tiempo. El oficio deja paso entonces a la investigación (y por tanto la transmisión de certezas a la construcción de criterios de acción). La idea de escuela como CENTRO (como espacio formativo central) deja paso, entonces, a la idea de escuela como LABORATORIO (entorno creativo en red).

7- La producción didáctica o la investigación científica deben ser capaces de generar entonces valor cultural. Generar no sólo conocimiento sino energía y estímulo propositivos. Ello es fundamental para reivindicar y celebrar el papel transversal de una antigua, muy antigua, (trans)disciplina.



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