15 de junio de 2008

CONCENTRACIÓN

La concentración es una habilidad que permite vincular el disfrute con la eficacia, una cualidad que ayuda al que proyecta a entrar en los estados de atención total, permitiendo inmersiones prolongadas en un proceso y al mismo tiempo la capacidad para percibir cuáles son los momentos cumbre a potenciar. La concentración ofrece la posibilidad de mantener una implicación constante y equilibrada, que se simultanea con la recepción y respuesta a los diversos estímulos que surgen en el camino hacia el proyecto.
La concentración proporciona una buena atención al tiempo que posibilita la relación simultánea con lo periférico, esos lugares donde a menudo residen claves proyectuales; además genera una constancia excepcional en el seguimiento mental del proceso. En ocasiones la personalidad del proyectista escapa de la presión del circuito convencional, refugiándose en la sombra de ciertos alter-ego cuyo anonimato le permite una concentración limpia y distante de lo consabido, obteniéndose a menudo resultados sorprendentes de innovación y experimentación en direcciones no habituales. La concentración y la frecuencia ofrecen al proyectista pautas para mantener la emoción inicial, nutriendo el proceso con estímulos que le impedirán caer en la falta de implicación o en el estancamiento. La concentración permite un aprovechamiento eficaz de los acontecimientos que rodean al proceso proyectual, desde las herramientas utilizadas o la información manejada hasta los parámetros que ofrece el propio lugar, imbricando todos los agentes en un magma eficiente de exploración.

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